Es bien sabido el potencial de cambiar nuestra vida que tiene un viaje.
Nuestra naturaleza es movernos; ver nuevos lugares, explorar nuevos horizontes. En el mundo actual, nuestro movimiento se ve limitado por causa de nuestras rutinas y otros factores los cuales muchas veces no están dentro de nuestro control inmediato, tenemos que ir haciendo pequeños cambios con fin de poder crear tiempo para viajar.
Cuando viajamos nos renovamos, al quitar nuestro foco de atención de los estímulos de siempre comenzamos a experimentar emociones positivas (muchos le llaman la "emoción de la novedad") que nos ayudan a ver las cosas desde otro lugar y es más fácil llegar a una conclusión para aquello que queremos cambiar o resolver.
El salir lejos de casa también nos expone a personas con pensamientos y una cultura totalmente distintos, de lo cual podemos aprovechar para ampliar o cambiar nuestras percepciones. El mundo es percepción.
En resumen: sal lejos de casa y ten exposición a cosas nuevas que te hagan cuestionarte y ver las cosas desde otro lugar. Es como limpiar tus lentes, cuando están sucios no ves bien el panorama, pero con una limpiada (por muy pequeña que sea) tu visión cambia.
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